Su decoración fue hecha con un sentido minimalista utilizando pocos colores para resaltar lo blanco de la isla y el profundo azul del mar y del cielo. El resultado refleja y emana la calma y dulce ambiente que requiere una casa de playa.

La forma geométrica de esta casa es como la letra griega Pi (Π), haciendo sentir como el antiguo barrio. Un jardín grande perimétrico abraza este hogar ya que el verano griego es largo y la privacidad de los huéspedes debe ser una prioridad.

El interior de la casa mide 190 m2 y consiste de un espacio que conecta una cocina moderna con estar, tres recámaras cada una con su propio baño, una casa para invitados con una cocineta pequeña de lo cual todas tienen paso al patio central. En la azotea de la casa uno puede relajarse encima de grandes cojines maravillosos y tomar el sol mientras contempla el mar Egeo o se pierde bajo las estrellas por las frías noches.